Conoce a cuatro mujeres que tomaron el timón en la industria de la pesca
Capitanas del cambio
27 de Marzo de 2025

A nivel mundial, las mujeres juegan un papel fundamental, aunque a menudo desapercibido, en la industria pesquera, ocupando el 90 % de los trabajos de procesamiento y otras tareas relacionadas, como la recolección de algas, la limpieza de pescado y la reparación de redes.
"En mi bote, me siento bien", dice Zara, expresando el propósito que encuentra en su trabajo.
Así como navega por aguas turbulentas desde el timón de su embarcación, Zara y otras mujeres tomaron el timón rumbo hacia un sector pesquero más justo y próspero.
Esta historia celebra a cuatro mujeres, cuya determinación y resiliencia están impulsando cambios significativos.
Jenny, en el Perú

Jenny ha trabajado por más de 30 años como recolectora de algas en la región de Ica, en el Perú. Aún recuerda cómo los hombres solían llamar "débiles" a las mujeres y decir que ellas "deberían estar en la cocina". Romper estos estereotipos ha sido el motor impulsor de su vida.
En todo el mundo, las mujeres realizan el 90 % de las tareas complementarias de la pesca, como recolectar algas, limpiar el pescado o reparar las redes; por lo general son roles inestables y de menor remuneración. La falta de datos también dificulta la medición de sus contribuciones, lo que resulta en políticas que pasan por alto sus necesidades. Su participación en el proceso de toma de decisiones es también limitada. En el Perú, datos de 2013 revelaron que solo el 9 % era miembro de organizaciones pesqueras.
Pero, poco a poco, expresa con orgullo Jenny:
"Empezamos a hacernos presentes, a oponernos y a asesorarnos. Así conseguimos que se nos incluyera".
De esta forma fue elegida, no una, sino dos veces, presidenta de la Asociación Realmar, una organización de recolectores de algas.
Como presidenta, Jenny introdujo cambios que desafiaron las estructuras de poder y normas tradicionales dentro de las asociaciones de pesca artesanal, asegurando que las mujeres fuesen incluidas y empoderadas en todos los niveles de los procesos de toma de decisiones. “Hoy, el 50 % de nuestros socios son mujeres. Trabajamos con equidad. Todos ganan lo mismo y reciben el mismo trato. Aquí, nadie minimiza a nadie”, afirma Jenny.
Sin embargo, su camino como líder no ha sido fácil. “En una ocasión me sacaron de una reunión y me mandaron a tomar café mientras ellos firmaban las actas, no me dejaban firmar, me dijeron espere acá”, recuerda. Pero Jenny es una mujer de firmes convicciones, y esa determinación la llevó a liderar la creación de la primera federación de mujeres en la pesca artesanal del país.
A través del apoyo del proyecto Humboldt del PNUD, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, mujeres como Jenny están logrando acceder a roles de liderazgo y toma de decisiones dentro de las organizaciones pesqueras en el Perú y Chile, mientras mejoran sus habilidades de gestión y avanzan en su empoderamiento económico.
Alyaa, en el Yemen

La vida de Alyaa dio un giro cuando aprendió a hacer conservas de atún, a producir mezclas de especias a base de pescado y a desarrollar habilidades de gestión empresarial.
Viviendo en el distrito de Al-Buraiqa, una de las áreas más pobres de la gobernación de Adén, en el Yemen, Alyaa y su comunidad han dependido durante mucho tiempo de la pesca como su principal fuente de ingresos. Sin embargo, a pesar de la rica costa de la región, los frecuentes cortes de energía dificultan el uso total de sus recursos, lo que provoca desperdicio de alimentos y limita su capacidad para aprovechar al máximo la pesca.
Al igual que muchas mujeres de la zona, Alyaa tuvo que dejar de lado sus sueños de cursar estudios superiores para mantener a su familia. Como ella misma dice: “Estamos muy lejos de los centros de enseñanza superior". Pero gracias a un programa de formación financiado por la Unión Europea aprendió a ser más ingeniosa. “Los conocimientos que adquirí en la formación me ayudaron a montar mi propio negocio de especias de pescado desde casa", explica orgullosa.
Amina, uno de los miembros de la Asociación, señala los cambios positivos que se están produciendo en el pueblo:
"Hemos notado un cambio importante en la actitud de las mujeres y en su compromiso cívico. Algunas son ahora capaces de financiar los estudios superiores de sus familiares”.
Con solo cerca de un 7 % de mujeres en el Yemen participando activamente en la fuerza laboral, Alyaa y otras están impulsando formas creativas de fortalecer el sector pesquero, potenciando sus ingresos y creando nuevas oportunidades para las jóvenes en el futuro.
Ubaida, en Maldivas

En la isla Gemanafushi, en Maldivas, las mujeres que trabajan en el sector de la pesca se enfrentan a importantes desafíos económicos, como condiciones de pago injustas y dependencia de intermediarios poco confiables, lo que obstaculiza su capacidad para lograr la autonomía financiera y expandir sus negocios.
Sin embargo, ha surgido una solución transformadora: la aplicación móvil eDhumashi. Este mercado digital permite a las mujeres gestionar de forma independiente sus datos de producción y ventas. Al facilitar los pagos directos, pueden prescindir de los intermediarios mientras garantizan la seguridad de las transacciones en línea. Así, eDhumashi ofrece a las mujeres un mayor control sobre sus finanzas. La aplicación también les ayuda a crear historiales crediticios, al desbloquear nuevas oportunidades y herramientas financieras que antes estaban totalmente fuera de su alcance.
La International Pole and Line Foundation, organización detrás de la aplicación, recibió apoyo del la iniciativa del PNUD Ocean Innovation Challenge, financiada por Noruega y Suecia. La coordinadora de la Fundación, Ubaida, capacita a las mujeres en habilidades digitales clave para asegurarse de que puedan usar la plataforma de manera efectiva.
“Herramientas como esta aplicación permiten a las mujeres aprender de sus experiencias, compartir conocimientos y unirse a comunidades en línea para darse a conocer”.
Aishath, una de las 50 mujeres que recibieron la capacitación, aunque contaba con años de experiencia en la industria de la pesca, carecía de los conocimientos digitales para comercializar y vender sus capturas de forma eficaz. Tras completar el entrenamiento digital, adquirió mayor control sobre sus productos y conocimientos de calidad e inocuidad alimentaria, así como habilidades comerciales. “Ahora sé cómo llevar un negocio por mi cuenta”, comparte.
"Dhumashi", el nombre de un estante tradicional que se emplea para secar o ahumar el pescado, es símbolo del rico patrimonio pesquero de Maldivas, un legado que, al igual que el trabajo de las mujeres en este sector, ha sido crucial para el sustento de la comunidad. Con este mismo espíritu, los esfuerzos de Ubaida ayudan a las mujeres a superar las barreras digitales, lo que a su vez les ayuda a promover su independencia financiera.
Zara, en el Chad

Zara contempla las aguas del lago Chad, fuente vital de vida para los 30 millones de personas que viven a lo largo de sus costas. Sin embargo, el cambio climático, la desertificación y la inseguridad han sumido a la región en el miedo y la violencia.
"Antes era casi imposible pescar debido a la peligrosa presencia de grupos terroristas", subraya Zara. A pesar de estas dificultades, cada vez que regresa a la orilla con una buena captura su rostro se ilumina: "Me siento muy feliz cada vez que la pesca es abundante", dice, rodeada de sus colegas pescadoras, cuya fortaleza y apoyo las alienta a todas.
Zara no siempre fue pescadora. Hace años cultivaba arroz y maíz hasta que las inundaciones destruyeron sus tierras y se vio obligada a buscar una nueva forma de sobrevivir. La pesca, antes desconocida para ella, se convirtió en su única opción y también en un nuevo comienzo para ella y su familia:
"En mi bote, me siento bien. El lago es nuestra fuente de subsistencia".
Hoy, Zara copreside el Comité de Mujeres Pescadoras de Mittériné, en la provincia occidental de Hadjer-Lamis, en el Chad. Su organización ha estado impartiendo capacitaciones sobre emprendimiento para ayudar a mujeres a mejorar sus negocios pesqueros. Además de la formación, el Programa de Estabilización del PNUD en el Chad les ha brindado herramientas, como anzuelos y redes de pesca ecológicos o cajas térmicas para almacenar el pescado.
Zara recalca: “Me proporcionaron conocimientos que me han transformado en una avezada pescadora".
"Estas iniciativas de formación también se han extendido a las fuerzas de seguridad, centrándose en los derechos humanos y la lucha contra la violencia de género, lo que ha ayudado a restablecer la confianza dentro de la comunidad", cuenta Charles M'Back, jefe del Programa de Estabilización.
Los beneficios de la venta de su pescado le han permitido poner en marcha un pequeño negocio y enviar a su hija menor a la escuela. Para Zara, el empoderamiento económico no es solo un triunfo personal, sino una forma de fomentar la paz y la estabilidad en su comunidad. “Tener un futuro es importante para garantizar la estabilidad y la seguridad. Gracias a ello podemos desarrollarnos. La región del Sahel alberga un gran potencial, pero sin paz nada de esto es posible", concluye.