Las vidas de mujeres y niños se han visto afectadas

Antes del conflicto, más de 700 mujeres trabajaban en la construcción en Kivu del Sur a través del proyecto PDL-145.
La crisis en el este de la República Democrática del Congo (RDC) ha trastocado vidas, afectando sobre todo a mujeres y niños. Cada día afrontan dificultades que ponen en riesgo su seguridad, bienestar y futuro. Entre las más afectadas hay más de 700 mujeres que trabajaban en el proyecto PDL-145T, una iniciativa gubernamental en la que en el PNUD somos un socio clave. Les proporcionamos empleo y una rayo de esperanza. Estas mujeres, pilares en las obras de construcción, transportaban agua, grava, piedras y arena para contribuir al desarrollo de sus comunidades. Hoy, obligadas a huir de la violencia, lo han perdido todo: sus medios de subsistencia, su seguridad y su dignidad.
"Estas mujeres no eran simples trabajadoras; eran forjadoras de su propio futuro. A través del proyecto PDL-145T obtuvieron ingresos, ganaron confianza y construyeron un futuro para sus familias. Ahora, han sido desplazadas, sin seguridad, recursos ni respuestas"
- Sylvette Balungwe, especialista en género y movilización comunitaria del PNUD en Bukavu
Muchas están ahora expuestas a la violencia, incluida la violencia sexual y de género, mientras luchan por sobrevivir en el monte o en escuelas e iglesias superpobladas. Sin ingresos ni perspectivas, no pueden mantener a sus familias y están en una situación de extrema precariedad.
"La supervivencia se ha convertido en una batalla cotidiana. Las mujeres se enfrentan a un alto riesgo de violencia y, sin recursos, no pueden cuidar de sus hijos. La pérdida no es solo material, sino también de la seguridad, autonomía y esperanza"
- Sylvette Balungwe
Los niños también están pagando un alto precio por la crisis. Algunas de las escuelas construidas a través del proyecto PDL-145T, en su día símbolos de progreso, sirven ahora como puestos militares o refugios para familias desplazadas.
"Muchas escuelas han sido saqueadas o vandalizadas. Una escuela es más que cuatro paredes: es el cimiento del futuro de un niño. Reabrir las aulas significa mantenerlos seguros, comprometidos y esperanzados, incluso en medio de la crisis"
- Jolly Namwezi, movilizador de desarrollo comunitario del PNUD en
Hoy, 375.000 niños en Kivu no asisten a la escuela y su futuro está en riesgo. Sin educación, son más vulnerables a la explotación, incluido el reclutamiento por grupos armados.
"Una escuela debería ser un lugar de aprendizaje, no un campo de batalla ni un refugio para desplazados. Cuando se destruyen las aulas, se roba el futuro de los niños. No podemos dejar atrás a esta generación”
- Jolly Namwezi

En el PNUD ayudamos recientemente a reconstruir la escuela primaria de Mwami Kazi, en Kivu del Sur, a través del Programa de Desarrollo Local Urgente cuando comenzó el conflicto en el este de la RDC.
En respuesta a esta crisis, en el PNUD nos hemos comprometido a restablecer los medios de subsistencia, crear espacios seguros y brindar apoyo psicosocial para ayudar a las mujeres a reconstruir sus vidas. También estamos trabajando para comenzar a rehabilitar las escuelas y establecer entornos de aprendizaje seguros para que los estudiantes puedan volver a las aulas.
"Reconstruir no es solo cuestión de infraestructuras; es restablecer la dignidad, la estabilidad y la esperanza. Las mujeres necesitan independencia económica y los niños educación. No se trata solo de recuperación; se trata de fomentar la resiliencia para el futuro”
- Sylvette Balungwe

Julienne Aksanti es miembro de una cooperativa harinera, en Kivu del Sur, que cuenta con el apoyo del PNUD.
Para que estos esfuerzos sean eficaces es esencial un acceso seguro, incondicional y sin obstáculos a las zonas afectadas. Los agentes humanitarios y de desarrollo deben poder operar libremente para prestar asistencia vital.
La crisis en el este de la RDC ha dejado profundas cicatrices, pero la resiliencia de las comunidades afectadas sigue siendo sólida. Con apoyo y acción sostenidos, las mujeres pueden reconstruir sus vidas y los niños pueden volver a la escuela, reclamando su derecho a un futuro. En el PNUD nos mantenemos comprometidos a trabajar junto a ellos, asegurando que no queden atrás en el camino hacia la recuperación y la paz.

Claudine (nombre ficticio) es una superviviente de la violencia sexual y de género en Goma, en Kivu del Sur. El enfoque multidimensional del PNUD proporciona a las supervivientes apoyo psicosocial y jurídico, así como rehabilitación socioeconómica.