Mensaje del Secretario General con ocasión del Día de los Derechos Humanos
Durante 70 años, la Declaración Universal de Derechos Humanos ha sido la luz que guía al mundo, la antorcha de la dignidad, la igualdad y el bienestar, un rayo de esperanza en medio de la oscuridad.
Los derechos proclamados en ella se aplican a todas las personas, independientemente de nuestra raza, nuestras creencias, nuestra ubicación geográfica o cualquier otra distinción.
Los derechos humanos son universales y eternos.
También son indivisibles. Aunque hay derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, no se pueden aplicar unos sí y otros no.
Hoy también rendimos homenaje a quienes defienden los derechos humanos y arriesgan la vida para proteger a otras personas frente al aumento del odio, el racismo, la intolerancia y la represión.
Sin lugar a duda, los derechos humanos están bajo asedio en todo el mundo.
Los valores universales se erosionan. El estado de derecho se debilita.
Ahora más que nunca, nuestro deber compartido está claro:
Defendamos los derechos humanos ... de todas las personas y en todo el mundo.