
Entre 2008 y 2023, la pobreza multidimensional en América Latina experimentó una disminución significativa, pasando del 45,8% al 25,4%. Esta reducción, que promedia un 1,4% anual, fue interrumpida solo en 2020 debido a los efectos de la pandemia de COVID-19. Las mejoras en el acceso a internet, la educación de adultos y el saneamiento fueron los principales impulsores de este avance, según el Índice de Pobreza Multidimensional para América Latina (IPM-AL) presentado por José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y Michelle Muschett, Directora para América Latina y el caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el marco del Foro de los países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible 2025 en Santiago, Chile.
En las últimas décadas, la comunidad internacional ha reconocido la necesidad de medir la pobreza de manera más integral, incorporando diversas dimensiones del bienestar. El PNUD publica desde 2010, junto con la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad (OPHI) de Oxford, el índice de Pobreza Multidimensional Global. Este índice analiza 112 países que albergan a 6.300 millones de personas, de las cuales 1.100 millones viven en situación de pobreza multidimensional. Este índice, si bien es útil para comparaciones globales, sufre de las restricciones para análisis más locales ya que necesita los mismos tipos de datos para todo el mundo e indicadores que capturen realidades tan diversas.
Los IPM nacionales, adoptados por 12 países de la región, son una poderosa herramienta de política pública diseñada para reflejar las realidades y prioridades específicas de cada país; sin embargo, por esta misma razón, sus resultados no son comparables entre sí.
Por eso el PNUD y la CEPAL decidieron colaborar para definir un IPM que sea muy práctico y útil para la región, incorporando variables para las que la región sí cuenta con datos y que reflejan sus prioridades, como el empleo.
“El Índice que hoy presentamos es una herramienta clave para los gobiernos y las entidades interesadas para monitorear las múltiples dimensiones de la pobreza, destacando especialmente las profundas desigualdades estructurales que limitan el progreso social y económico. Abordar integralmente estas dimensiones es esencial no solo por razones económicas y sociales, también para aumentar la capacidad de las democracias para implementar políticas efectivas, satisfacer expectativas, reducir el descontento social y la polarización, todo lo cual ayuda también a fortalecer las democracias y la gobernanza democrática en la región”, afirmó José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, durante la presentación del documento.
El IPM-AL complementa las mediciones tradicionales basadas en ingresos y refleja privaciones en cuatro dimensiones clave del bienestar: vivienda, salud, educación y empleo. La metodología incorpora aspectos clave como la calidad del empleo, el acceso a protección social, la exclusión laboral por responsabilidades domésticas y la conectividad a internet, marcando un avance significativo en la medición de la pobreza de manera más integral, adaptada a las realidades específicas de la región.
"América Latina y el Caribe enfrenta desafíos estructurales persistentes, siendo la vulnerabilidad a la pobreza uno de los más significativos. Esto nos hace especialmente frágiles ante los impactos de diferentes crisis, dificultando nuestra capacidad para recuperar y avanzar de manera sostenida. En un contexto de incertidumbre, marcado por la rápida evolución tecnológica, la fragmentación social y el cambio climático, postergar la resolución de estos desafíos solo aumentará nuestra vulnerabilidad, limitando nuestras posibilidades de crecimiento y productividad”, compartió Michelle Muschett, Directora Regional para América Latina del PNUD. “Confiando en la capacidad que tenemos como región para dar un salto acelerado en la reducción de la pobreza, el Índice de Pobreza Multidimensional para América Latina y el Caribe ofrece una herramienta diseñada específicamente para reflejar nuestras realidades y abordar la pobreza de manera integral, más allá de la falta de ingresos. Este índice es clave para orientar políticas públicas, asignar recursos de manera más eficiente y fomentar la cooperación entre nuestros países, contribuyendo al cierre definitivo de las brechas de pobreza", agregó Muschett.

Causas principales de la pobreza multidimensional
El nuevo índice señala que las principales causas de la pobreza multidimensional en la región están relacionadas con el mercado laboral, la conectividad y las condiciones de vivienda. Un 25% de la pobreza multidimensional proviene de la baja calidad del empleo y las barreras para la participación laboral, lo que resalta la necesidad de políticas públicas que aborden la informalidad laboral y la sobrecarga de trabajo doméstico no remunerado, especialmente en las mujeres.
Además, la falta de acceso a internet y el hacinamiento contribuyen con aproximadamente el 20% de la pobreza multidimensional, lo que subraya la importancia de impulsar iniciativas públicas de conectividad y políticas de vivienda social que mejoren las condiciones dentro de los hogares.
El análisis del IPM-AL también revela que la pobreza multidimensional no siempre coincide con la pobreza por ingresos. En 2023, el 12,6% de la población fue considerada pobre según ambos enfoques, mientras que un 22,2% de la población solo experimentó pobreza según uno de los dos métodos. Este hallazgo pone de manifiesto que depender exclusivamente de una medición puede excluir a importantes segmentos de la población, especialmente en áreas rurales (en el caso de la pobreza por ingresos) o urbanas (en el caso del IPM-AL).
Vulnerabilidad según edad, lugar de residencia, condición étnica y género
La pobreza multidimensional tiene un impacto desigual según la edad, lugar de residencia y condición étnica. En 2023, el 57% de la población rural vivió en pobreza multidimensional frente al 15,5% en áreas urbanas. La infancia es el grupo más afectado, con un 31% de los niños y niñas viviendo en condiciones de pobreza multidimensional, seguido por los adultos mayores (21%) y los adultos entre 18 y 59 años (19%). Además, la pobreza multidimensional afecta de manera desproporcionada a la población indígena, con una incidencia del 50,6% frente al 18,5% en la población no indígena.
Una importante novedad de este índice es que presenta análisis a nivel individual y no nada más a nivel del hogar, para aspectos claves. El análisis de género, por ejemplo, realizado para la población entre 20 y 59 años, revela importantes desigualdades en el acceso al empleo y la autonomía económica de las mujeres. Las mujeres enfrentan barreras significativas para acceder al mercado laboral, lo que se traduce en una alta concentración de trabajo en empleos de baja calidad y una escasa autonomía económica. Estas desigualdades están fuertemente vinculadas a la sobrecarga de tareas domésticas y cuidados no remunerados.
Desafíos en la disponibilidad y calidad de los datos
La presentación de este índice pone en evidencia la falta de datos en la región. Como se puede ver en el documento, el análisis no incorpora a todos los países de la región ya que no existen datos comparables en varios países. La recolección continua y constante de más y mejores datos.
El IPM-AL se basa en datos provenientes de encuestas nacionales de hogares, las cuales han mejorado en los últimos años. Sin embargo, es necesario seguir ampliando la recolección de datos en áreas clave del bienestar, como salud, educación, inseguridad alimentaria, violencia doméstica, calidad ambiental y seguridad ciudadana para obtener una medición más precisa de la pobreza.
Solo mediante el fortalecimiento de la infraestructura estadística y la recolección de datos más detallados se podrá lograr una medición más completa y precisa de la pobreza en la región, permitiendo comparaciones entre países y facilitando el diseño de políticas públicas orientadas a reducirla.
Descargar el informe del Índice de Pobreza Multidimensional de América Latina (Cepal) y el resumen.