El cooperativismo representa una alternativa real y esperanzadora para una recuperación económica más justa, solidaria y sustentable. Con esta premisa, y con el afán de comprender las características del ecosistema de la economía solidaria en Ecuador, hemos creado de forma colaborativa un mapa con emprendimientos asociativos y cooperativas del sector formal e informal.
El mapa nos ofreció un primer bosquejo de cómo luce el entramado de iniciativas comunitarias en el Ecuador. Posterior al mapeo, visitamos algunos de los emprendimientos, mantuvimos un proceso de reflexión colectiva mediante 5 diálogos virtuales con 45 organizaciones y procesamos los datos obtenidos para profundizar en nuestro aprendizaje sobre este potente ecosistema.
Al momento, el ecosistema de Economía Solidaria recoge 152 organizaciones con un total de 6,674 socias/os. En este contexto, la región amazónica es la zona geográfica con menor cantidad de organizaciones mapeadas. Así, vemos cómo las desigualdades en nuestro país se manifiestan también a nivel regional en la posibilidad de asociarse. Si bien la muestra de emprendimientos de nuestro mapa no es representativa en esta primera etapa de piloto, sí podemos inferir que la región amazónica enfrenta mayores barreras para mantener un proceso asociativo.
Por un lado, la dispersión geográfica, especialmente si los asociados pertenecen a varias comunidades, dificulta momentos colaborativos en lugares de congregación porque requieren desplazamientos más largos y costosos. En los diálogos, compañeras de la ASOSER KIDY WASI y otras cooperativas mencionaron, además, que las asambleas pasaron a ser más esporádicas con la pandemia.
La gobernanza: Democracia Interna
Uno de los principios centrales de la economía solidaria es la gestión organizativa mediante procesos de democracia interna.
“Todos somos compañeros, todos ganamos igual, todos tenemos beneficios iguales, aquí no existe jefe, no hay patrón. Todos los socios somos parte de la cooperativa y tomamos las decisiones por mutuo acuerdo en resolución de asamblea.” (Moisés, de la Cooperativa de Limpieza en Esmeraldas, COOPLIMBUR)
Sin embargo, aunque las organizaciones de la Amazonía mantienen una estructura comunitaria, las barreras geográficas que enfrentan las comunidades amazónicas también se ven reflejadas en la frecuencia de encuentros asamblearios, como se aprecia en el gráfico de arriba. Aun así, la toma de decisiones se realiza de forma asamblearia en la mayoría de las veces.
Barreras hacia la formalización
El mapeo del ecosistema de economía solidaria que realizamos incluyó a emprendimientos del sector informal y aquellos que estando en situación formal, sus socios trabajan en la informalidad (sin protección social). Esta visión inclusiva nos ha permitido comprender que el proceso de formalización es gradual y con algunos requisitos más complejos de alcanzar que otros. Además, muchas de las organizaciones tienen un funcionamiento híbrido, donde alcanzan a formalizarse en ciertos aspectos como asociación, pero en otros, como personas individuales.
En diálogo con las organizaciones, todas ven ventajoso estar formalizadas para tener mayores oportunidades de comercialización y acceder a compras públicas, pero señalan como barreras la falta de información de requisitos y la variedad de instancias competentes no siempre ubicadas en los territorios, los costos implicados para alcanzar algunos permisos, y la inexistencia de figura que represente a las cooperativas para el registro de personería jurídica.
El presente gráfico muestra que, con el transcurso del tiempo, las asociaciones y cooperativas van alcanzando mayores requisitos. Sin embargo, podemos ver que la meta más lejana es la afiliación de sus socias/os, por requerir ingresos suficientes y porque no existe un esquema de afiliación alternativa a la voluntaria. Al respecto, desde la ASOLIMBUR en Esmeraldas nos comentan: “No tenemos patrón porque somos todos dueños, entonces no podemos afiliarnos al seguro social bajo una figura de afiliación patronal.”. Este limitante deriva en que los socios tengan que afiliarse voluntariamente y en muchos casos las ganancias que reciben no son lo suficientemente altas para que incurran en ese gasto.
Sistemas de protección social alternativos
Frente a la desprotección, quienes emprenden de forma colectiva normalmente buscan formas alternativas de contar con algún tipo de protección para emergencias, salud u otros gastos. La respuesta a necesidades básicas de socios u otras personas de la comunidad se vio incrementada con la crisis sociosanitaria.
“En la pandemia entregamos kits de alimentos y en el 2019 creamos una fundación para poder llegar a más personas, la fundación se mantiene con donaciones de amigos y conocidos. Además de los pocos recursos que podemos aportar como familia” (Casa de Huéspedes Wipeout).
De igual forma, Las Delicias Gastrónomicas, un emprendimiento asociativo de familias venezolanas ubicado en el barrio de Calderón en Quito, no solo emprende colectivamente en el sector de alimentos, sino que se abastece de productos de huertas comunitarias con la firme convicción de que se debe apoyar a las economías locales, vecinales para emprender en red. Yisenia, al respecto nos cuenta que, aunque los costos podrían ser relativamente superiores a los ofrecidos por las grandes cadenas, tenía claro que no se trataba de abaratar, sino de colaborar. Además, menciona que el abastecerse de huertas vecinas provocó estrechar lazos con vecinos, obtener clientela y sentirse arropada en el momento de mayor crisis. Así, Delicias Gastronómicas no solo vende alimentos, sino conformó una red comunitaria para abastecer <<ollas comunitarias>> quincenalmente a personas de menos recursos.
Además de estos ejemplos de respuesta comunitaria, las cooperativas cuentan con cajas de emergencia que son utilizada para cubrir gastos de salud e incluso gastos por defunción. Aunque, frente a la ausencia de cobertura social, las personas se apoyan en la solidaridad y autogestión, las cooperativas plantean la necesidad de crear esquemas alternativos de afiliación que permitan aportes de cuantías no tan elevadas y a la vez acceder a la protección social.
Hacia el consumo responsable
Este mapa, que es de todos y de nadie, busca ser útil para las organizaciones en sí mismas mediante una mayor visibilidad, para las instituciones, de forma que puedan contar con datos georreferenciados y realizar análisis del estado de situación con el tablero de datos; y a consumidores responsables que necesiten conocer de iniciativas comunitarias para poder apoyarlas.
Próximamente, estaremos incluyendo una capa de la Agricultura Familiar Campesina registrada en el Ministerio de Agricultura, partiendo con 60 productores de la frontera norte. Asimismo, invitaremos a que se incluyan las organizaciones ya registradas en el Instituto Nacional de Economía Popular y Solidaria.
Para más información: economiasolidaria.ec@undp.org