Mujeres, maíz y transformación

Motivadas por el maíz, totoperas oaxaqueñas emprenden y ahorran

30 de Septiembre de 2022
mujer maiz

Mujer totopera, San Mateo del Mar

PNUD México

En México, el maíz es el medio de vida y base de la cultura de un gran número de familias, y son las mujeres, en muchas ocasiones, quienes se encargan de las labores de siembra, deshierbe, cultivo y/o cosecha de esta planta milenaria.

En el proceso tradicional de nixtamalización, el maíz no es lo único que cambia al mezclarlo con cal alimentaria, las mujeres que producen tortillas han transformado su forma de ver el maíz, en beneficio de ellas y sus familias.

297 kg

al año es el consumo de maíz de la población en México

CONABIO, 2017

64

de las 220 razas de maíz en América Latina se identifican en México

SIAP, 2016

Estas mujeres son indígenas, mestizas, campesinas, rurales, citadinas, mexicanas o extranjeras que desempeñan la labor individual o compartida de hacer tortillas. En muchas ocasiones, son ellas las que se desplazan para la venta de sus productos dentro del comercio informal, donde una remuneración justa sigue representando un importante reto.

mujer sosteniendo tortillas
MUJER Y MAIZ
mujer sosteniendo tortillas

 


Tal es el caso de 3 grupos de mujeres indígenas y campesinas, de las etnias huaves o Ikoot´s y zapotecas de los municipios de San Mateo del Mar y San Francisco del Mar en Oaxaca. Estas 27 mujeres, de las cuales el 95% son jefas de familia, han transmitido la elaboración artesanal de totopos de generación en generación. Pero el camino no ha sido fácil, ya que ellas se enfrentan a distintos retos, por ejemplo, debido a la falta de tecnificación, trabajan entre 8 y 12 horas al día en la elaboración manual de los totopos. Además, la falta de recursos y de canales para la comercialización al mayoreo, las obliga a caminar largos trayectos para hacer las entregas de su producto y así mantener a sus clientes. También, aunque los ingresos obtenidos por la venta de totopos les permite cubrir los gastos diarios de la familia, las mujeres desconocen cómo calcular los costos de producción o llevar el registro de sus ingresos y egresos. Esta situación tampoco les permite tener un margen de ganancia y, con ello, ahorrar ante una emergencia, lo que se traduce en deudas con intereses altos para ellas y sus familias.

Aunado a esto, con la llegada de la pandemia a México, y el cierre progresivo de la mayoría de los canales de comercialización para productos alimenticios derivados del maíz, las mujeres tuvieron que cerrar todos sus canales de venta, sobreviviendo mayoritariamente del autoconsumo.


 

 


Ante esta situación, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, en el marco del “Programa para la recuperación temprana y reducción del impacto del COVID-19 al desarrollo sostenible en México”, puso en marcha una estrategia de recuperación para este sector, trabajando directamente con estas mujeres, cuya situación económica se endureció debido al confinamiento por la pandemia.

Dadas las necesidades antes planteadas, el proyecto acompañó a las 27 mujeres para que aprendieran cómo administrar sus negocios:

“Aprendimos a sacar el costo de nuestra producción y a sacar nuestras cuentas (qué productos necesitamos comprar, cuánto nos cuesta, dónde lo compramos, etc.). Aprendimos a llevar el registro de ingresos (entradas) y egresos (salidas) en nuestra bitácora o Libro de Diario.”

-Juana Solís Ojeda-


 

 


Asimismo, como parte de las acciones se creó un “Fondo revolvente de ahorro y crédito”, el cual les permitió fortalecer su ahorro personal y contar con un capital semilla grupal que, de manera ordenada, circulaba entre las integrantes de los grupos en forma de créditos que les permitieran solucionar sus necesidades de producción.

“Nos capacitaron para poder implementar un espacio para el tema del ahorro y crédito que nos está ayudando a tener el hábito del ahorro semanal, y tener un espacio nuestro que nos ayude a reactivar la producción a través de créditos entre nosotras, en momentos de dificultad familiar, o ante cualquier evento que genere emergencia en la comunidad.”

-Juana Solís Ojeda-

 


 

 


Por otro lado, el proyecto realizó diferentes sesiones de trabajo en las que se buscó fortalecer el fuerte arraigo cultural e identitario que poseen los grupos alrededor de la transformación del maíz.

“PNUD nos capacitó en temas nunca antes vistos como, por ejemplo: nos ayudaron a pensar en colectivo, conformamos nuestra mesa directiva y comité de grupo, definimos el nombre de nuestro grupo que nos da identidad “Mujer de mar y maíz”, elaboramos nuestro reglamento interno.”

-Karen Rubí Samaniego Quintanar, productora de Totopos-

 

Hoy, las integrantes de “Mujeres de mar y maíz” no solo conocen y entienden cómo mantener vivo su negocio de totopos, sino que hay algo más que las mantiene unidas como grupo, que las dota de identidad y que las arraiga a su tierra: el maíz.


Estas acciones forman parte del proyecto “Reducción del impacto económico del COVID-19 y fomento a la recuperación temprana resiliente en comunidades de México”, ejecutado por el PNUD en México con el apoyo de la Z Zurich Foundation, Fomento Social Citibanamex A.C., la Fundación W.K. Kellogg, Ayuda en Acción México, Fundación FEMSA, Rotoplas, Club Rotarios y los Gobiernos de los Estados de Chiapas y Morelos.