Urgencia para actuar ante la crisis climática
23 de Noviembre de 2022
Acaba de finalizar en Egipto la 27° Conferencia sobre Cambio Climático, un espacio anual donde los Gobiernos, empresas, sociedad civil, organismos internacionales y entes financieros conversamos y revisamos el progreso en el cumplimiento de compromisos de las naciones y sus líderes para hacer frente al cambio climático, y de allí, determinar la necesidad de ajustar, acelerar o mejorar acciones.
Uno de los temas resaltantes ha girado en torno al financiamiento verde. En esta Conferencia se ha establecido, luego de muchos años de negociación, un fondo de compensación de daños y pérdidas para países más afectados por los embates del cambio climático. Este es un hito importante porque ha sido un clamor empujado desde la sociedad civil y países en vías de desarrollo, como es el caso de Honduras, quienes contribuyen menos con el calentamiento global, pero sufren más los impactos adversos del cambio climático. Para ello se comenzará, en los próximos meses, a definir los acuerdos para operativizar este fondo.
Sin embargo, un tema urgente y pendiente sigue siendo que aún no se cumple la meta de movilización de US$100 mil millones anuales desde países desarrollados para financiar acciones climáticas en países en vías de desarrollo. Si bien este reciente fondo establecido de compensación de daños y pérdidas es un avance, se debe cumplir los compromisos para financiar acciones frente a medidas de adaptación y mitigación ante el cambio climático.
El 40% de las economías de países de ingresos medios y bajos - 54 países - se encuentran con endeudamiento significativo, lo que limita su capacidad para tomar acciones decisivas frente al cambio climático e invertir en la transición a economías de bajo carbono. Estos países representan solo el 3% de la economía mundial, el 18% de su población y el 50% de la pobreza extrema. Por eso, acciones financieras verdes deben darse para generar impactos en la escala y tiempo adecuados. Esto implicará también transformaciones en Gobiernos, bancos centrales, bancos comerciales, inversores y otros actores financieros para apoyar proyectos alineados a metas climáticas globales.
Empujar economías que usen fuentes de energía sostenibles y limpias es fundamental si no queremos aumentar el calentamiento global más allá de 1.5 centígrados. Por eso, es fundamental contar con las voluntades políticas, apoyos técnicos y financieros para enfrentar las consecuencias del cambio climático. Y acá, estamos viendo un liderazgo desde los países en desarrollo quienes están asumiendo sus compromisos.
Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), como parte de nuestra acción de “Promesa Climática”, estamos apoyando a más de 100 países en el mundo para que un 90% de estos países aumenten sus compromisos en mitigación y un 95% lo hagan en temas de adaptación.
En la región de América Latina, el PNUD está apoyando a 25 países, que incluye a Honduras, en cumplir con sus compromisos internacionales en materia de adaptación al cambio climático, asistiendo en la incorporación transversal de enfoques inclusivos y en la definición de las medidas que el país promoverá para el financiamiento climático. Adicionalmente, está asistiendo en la construcción de la hoja de ruta para la segunda revisión de sus compromisos internacionales ante el Acuerdo de París, a ser presentada en el 2025. Globalmente, el esfuerzo del PNUD también se centra en apoyar para la transición al uso de energías más limpias y accesibles, así como apoyar para el desarrollo de centros urbanos inclusivos, verdes y sostenibles, impulsados por economías circulares.
Tomar acción frente al cambio climático y proteger nuestro planeta es nuestra responsabilidad. Vemos que los diferentes actores reunidos en Egipto por dos semanas han discutido y cosechado avances en un tema central, como es el del financiamiento, pero aún hay desafíos y son muchos los frentes a abordar: la inclusión activa de la ciudadanía, la tecnología y la definición de mediciones y metas estandarizadas. Es importante reconocer que hay una necesidad de actuar inmediatamente de forma decidida para abordar una crisis climática que nos afecta, de forma diferenciada, y a niveles locales y globales, a todos y todas. ¡Debemos contribuir a tomar acción ahora frente al cambio climático!