Erradicar la violencia contra las mujeres y niñas, un imperativo para el desarrollo sostenible
28 de Noviembre de 2022
La violencia contra las mujeres y niñas constituye una de las formas más generalizada y visible de las desigualdades de género basadas en las relaciones abusivas de poder. Constituye una violación de los derechos humanos que puede alterar sustancialmente la vida y el futuro de mujeres y niñas alrededor del mundo. No es un suceso solamente del espacio privado, sino que también sucede en el espacio público. El hogar, la escuela, el transporte público, las calles y los establecimientos de trabajo son espacios en donde se replica la violencia contra las mujeres sin importar la edad, origen, etnia, condición socioeconómica y nivel educativo.
En Honduras, las mujeres se ven afectadas en todo su ciclo de vida por una espiral de violencia que se presentan a temprana edad y que afecta su integridad y sus vidas como un continuum de la violencia que en muchos casos culmina en muerte violenta o femicidio. Entre más jóvenes, las niñas y mujeres denuncian en mayor medida delitos sexuales. A medida que la edad incrementa, las niñas y mujeres denuncian violencia doméstica e intrafamiliar. De hecho, de acuerdo con los datos oficiales del país, las denuncias de mujeres son, en su mayoría, por delitos sexuales, violencia doméstica e intrafamiliar.
Si bien hay avances en seguridad ciudadana y la prevención de la violencia en Honduras, en el año 2021, 86 de cada 100 víctimas de delitos sexuales denunciados fueron mujeres. Cada tres horas, una niña o mujer sufre de violencia sexual. Además, la tasa parcial de muertes violentas de mujeres es de 6.8% por cada cien mil habitantes mujeres, de acuerdo con dato oficial de país (Mesa Técnica de Muertes Violentas, 2021). Es decir, cada 24 horas muere una mujer de manera homicida en Honduras, esta tasa es 3 veces mayor que la tasa mundial y casi 2 veces la tasa latinoamericana. Esta situación se ve agravada por contextos de crisis y por las nuevas dinámicas violentas vinculadas al crimen organizado, a las maras y pandillas, y al desplazamiento forzado.
El pasado 12 de julio, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó el Informe de Desarrollo Humano de Honduras 2022 que se centra en el Estado de derecho como un fundamento de la transformación del país. El informe señala que un requisito para alcanzar un Estado de derecho pleno es la eliminación de las barreras económicas, sociales y jurídicas que impiden que las mujeres y niñas tengan un acceso equitativo a los recursos y oportunidades, así como la necesidad de transformar estas situaciones de desigualdades abusivas de poder, hacia una vida libre de violencia mediante políticas públicas de prevención y atención.
Desde el PNUD, apoyamos los esfuerzos para abordar la violencia contra mujeres y niñas de forma integral incluyendo el acompañamiento para la generación de estadísticas y evidencia para el diseño de políticas públicas y la toma de decisiones, así como los esfuerzos para la fortalecer la igualdad de género en instituciones públicas y las capacidades para la planificación y presupuestación de intervenciones mejor dirigidas y de mayor impacto.
Acompañamos un hito importante para el país que es la primera encuesta especializada sobre la situación de la mujer en Honduras liderada por el Instituto Nacional de Estadística y la Secretaría de Asuntos de la Mujer. La información obtenida en esta encuesta logrará contextualizar y orientar las tareas de intervención en situaciones de violencia, el apoyo a las sobrevivientes, la sensibilización a la población, y la educación sobre mecanismos de protección de la mujer existente en el país.
El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (25 de noviembre) es ocasión para renovar nuestro compromiso en promover y defender los derechos de las mujeres y las niñas, para una vida libre de violencia. Es necesario sumar esfuerzos en todos los ámbitos, con instituciones, la academia, la empresa privada, sociedad civil, juventudes, pueblos originarios, poblaciones históricamente vulnerables, y organizaciones de mujeres que han desempeñado un papel fundamental en proveer atención integral a mujeres y niñas en situación de violencia, y en proponer acciones y legislación para abordar la problemática de la violencia contra las mujeres y niñas.
Desde el PNUD seguiremos trabajando en conjunto con diversos actores claves para integrar respuestas contundentes y articuladas para prevenir, atender y dar respuesta a la violencia contra las mujeres, de todas las edades. Este desafío es crítico para avanzar y favorecer el desarrollo sostenible y el fortalecimiento de una sociedad más justa, pacífica e inclusiva.