Conversamos con Christopher Laker, Representante Residente interino del PNUD en Libia
“La población se despertó en una ciudad distinta"
17 de Septiembre de 2023
Las inundaciones en el este de Libia, especialmente en la ciudad de Derna, han provocado una devastación colosal en las comunidades locales, muchas de las cuales ya eran vulnerables debido a décadas de inseguridad y conflicto. Los primeros indicios apuntan a una destrucción y daños de manera generalizada, lo que deja a muchas familias afectadas vulnerables y necesitadas de ayuda urgente. Hablamos con Christopher Laker, Representante Residente interino del PNUD en Libia, sobre la situación sobre el terreno.
Tras las inundaciones, ¿cuál es la situación en el terreno y cómo se han visto afectadas las comunidades?
Las inundaciones llegaron a la ciudad por la noche, por lo que muchas personas estaban durmiendo cuando oyeron un fuerte ruido. El agua descendió desde las montañas y arrasó todo lo que se encontraba en su paso. Los edificios y las casas fueros dañadas o destruidas, y algunas personas fueron barridas por las aguas. En la mañana, la población se despertó en una ciudad distinta a la que habían dejado el día anterior.
Hasta el 97 % de algunos barrios han quedado inundados y la gente ha perdido a sus familias, sus casas, sus medios de vida... El acceso a los servicios básicos se ha visto interrumpido considerablemente. Y el invierno está a la vuelta de la esquina. La manera en que la población podrá hacer frente a la situación en los próximos días, meses e incluso años es motivo de gran preocupación.
Han pasado algunos días y el país sigue en situación de emergencia. En paralelo, se empieza a conocer el alcance total de la devastación. Todavía hay muchas incógnitas y las cifras y valoraciones iniciales están en constante evolución, especialmente en las zonas más afectadas como Derna y Bengasi.
¿Cómo apoya el PNUD a las comunidades en una situación de crisis como esta?
En el PNUD llevamos muchos años trabajando en la región, por lo que nuestro personal está integrado en un centro en Bengasi y también tenemos plantilla nacional en la zona de Derna. Todas estas personas trabajan con las autoridades locales diariamente, planificando la prestación de servicios básicos, medios de subsistencia y cohesión social.
Así pues, ante esta tragedia, estamos trabajando estrechamente con las autoridades y el Gobierno para determinar cómo podemos llevar a cabo la transición del apoyo de emergencia, a la ayuda para restablecer la vida de las personas que han quedado devastadas por las inundaciones, teniendo en cuenta que la ayuda al desarrollo será necesaria durante muchos meses, incluso años.
También se está llevando a cabo una misión interinstitucional de las Naciones Unidas en las zonas más afectadas. El coordinador regional del PNUD para el este del país forma parte de esta misión. Nos centramos en el acceso a servicios básicos, el apoyo de emergencia a los medios de subsistencia y en la ayuda al Gobierno local en la coordinación de la respuesta a la crisis, pero adaptaremos nuestro trabajo cuando el equipo principal regrese. Una de las preocupaciones fundamentales es que los barrios más afectados, especialmente en Derna, albergan varios de los centros sanitarios de la ciudad. Las evaluaciones rápidas llevadas a cabo hasta ahora indican que la interrupción en el acceso a la atención sanitaria en toda la ciudad, combinada con los probables daños al alcantarillado y otras instalaciones sanitarias, plantean un riesgo significativo de brotes de enfermedades infecciosas.
El Gobierno ha establecido tres áreas prioritarias para la respuesta y ha solicitado apoyo internacional. La primera es la búsqueda y el rescate de personas, la segunda es la respuesta humanitaria y la tercera es el "retorno a la vida", que se centrará en la recuperación temprana. Aquí es donde el PNUD cuenta con décadas de experiencia en gestión de crisis, tanto en la región como en todo el mundo, ayudando en la limpieza de escombros, en evaluaciones socioeconómicas y en apoyo a los medios de subsistencia como la asistencia inmediata, mientras se planifican también soluciones para hacer frente a las consecuencias de la crisis a largo plazo. Llevamos muchos años trabajando con los ayuntamientos en la planificación del desarrollo local, por lo que hemos podido retomar de manera rápida el contacto. Ahora necesitamos ver qué ha quedado afectado, qué es posible y qué no, y cómo podemos ir de la mano para planificar.
Es de vital importancia que estas actividades de recuperación temprana comiencen hoy y trabajen codo con codo con la respuesta humanitaria inmediata. El PNUD desempeña un papel crucial cuando se una crisis estalla: construir un puente entre la respuesta humanitaria inmediata y las necesidades de desarrollo a largo plazo.
¿Cuál era la situación antes de las inundaciones? ¿Y cómo ha estado apoyando el PNUD a las comunidades locales?
Se trata de comunidades que ya eran vulnerables antes de las inundaciones. Si bien en los últimos años se han logrado avances para ayudar a mantener la paz en las comunidades, reconstruir la confianza y mejorar la resolución de conflictos ha sido la prioridad.
El impacto de las inundaciones, empezando por la salud de las personas, sus hogares, el acceso al trabajo, su bienestar psicológico y más, llevará al límite los mecanismos de supervivencia de las personas. Por eso es esencial que se les brinde ayuda para tomar medidas para reconstruir mejor y que se recuperen.
De todos los municipios afectados, Derna es el que más preocupa. Incluso antes de esta crisis, las necesidades eran elevadas debido a una infraestructura deficiente, y a un acceso limitado a servicios sociales y a empleos. En el PNUD hemos estado trabajando a nivel local para inyectar apoyo económico a las comunidades a través de subsidios en efectivo y programas de medios de vida. Sin embargo, el impacto de las inundaciones pondrá en riesgo todos estos logros obtenidos con tanto esfuerzo.
Desde 2017, hemos apoyado a 1,5 millones de personas en 16 municipios del este de Libia, restableciendo la confianza entre ciudadanos e instituciones y entre comunidades, y ayudando al municipio a prestar servicios básicos mediante la restauración de mercados, escuelas, centros de salud y caminos comunitarios, con el apoyo de donantes internacionales.
Todo esto representa el cimiento vital para levantar las comunidades, pero también es fundamental para la cohesión social, ya que facilita el compromiso entre diferentes comunidades de la región. En el PNUD hemos actuado como un puente importante para generar confianza entre los lugareños y ayudar a mejorar la seguridad; y este debería ser un foco central para la recuperación temprana. Se deben desarrollar programas e intervenciones que se basen en los esfuerzos existentes para garantizar la cohesión social, y proteger y sostener la paz.
De cara al futuro, ¿qué apoyo necesitará el pueblo libio para su reconstrucción y recuperación?
Es imperativo crear medios de vida y rehabilitar los servicios básicos, especialmente la infraestructura hídrica. Es evidente que queda mucho trabajo por hacer para comprender cómo han fallado las represas y garantizar que se reconstruyan de forma segura, lo que será una prioridad del Gobierno. Este, lanzó recientemente un plan maestro para Bengasi y Derna, liderado por el Fondo de Construcción para Bengasi y Derna, con quien hemos estado asociados en actividades de remediación y rehabilitación de edificios históricos, como el Palacio Al-Manar en Bengasi. A raíz de este devastador desastre, estamos dispuestos a adaptar este apoyo, sin dejar de centrarnos en la infraestructura comunitaria y la creación de empleo local.
También tenemos una alianza con la autoridad competente en temas hídricos para que podamos hacer una transición rápida y así satisfacer las necesidades de agua y saneamiento de emergencia.
En los últimos años también hemos creado un programa local sólido de construcción de paz y resiliencia que brinda apoyo a las instituciones lugareñas para brindar servicios vitales y promover la recuperación económica en los municipios más vulnerables del país. A través de nuestras redes de alianzas, hemos podido otorgar pequeñas concesiones económicas para ayudar a las personas a iniciar un negocio -desde panaderías y tiendas de té, hasta barberías y sastrerías-, además de apoyar negocios digitales innovadores.
Asistiendo los medios de vida hemos podido ayudar a reconstruir las vidas de miles de personas en toda Libia. Debemos reiniciar de manera inmediata este trabajo con las comunidades afectadas por las inundaciones.
Anteriormente, junto con las autoridades, planificamos de manera cuidadosa para explorar dónde podíamos aportar el mayor valor y esto se centró principalmente en apoyar a las comunidades locales. Sin embargo, ahora, estamos haciendo frente a una catástrofe nacional colosal. Necesitamos más recursos y financiación para implementar urgentemente intervenciones que son muy necesarias. Esto significará fortalecer nuestros equipos y también garantizar que tengamos el apoyo de los donantes internacionales.
Las necesidades son mayúsculas. Por eso estamos comprometidos a apoyar al pueblo de Libia. Tenemos las redes y el conocimiento para hacerlo posible. Juntos, podemos reconstruir mejor.