Los bosques de mangle son ecosistemas que albergan una gran biodiversidad marina y que brindan numerosos servicios ambientales: previenen de la erosión del suelo y de las inundaciones, representan una fuente vital de ingresos y recursos para las comunidades y tienen una capacidad de absorción de carbono hasta cinco veces superior que los bosques terrestres.
El proyecto “Protección de Reservas y Sumideros de Carbono en los Manglares y Áreas Protegidas de Panamá” coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) e implementado por el Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) en la provincia de Chiriquí logró determinar la magnitud de la contribución de los manglares en materia de mitigación y adaptación al cambio climático en los distritos de San Lorenzo, Remedios y San Félix.
Los logros del proyecto fueron mostrados al embajador de Alemania, Uwe Wolfgang Heye, quien quiso conocer de primera mano la experiencia chiricana de conservación de manglares, proyecto que contó con apoyo financiero del Ministerio Federal Alemán de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear.
La gerente nacional para Ambiente y Desarrollo Sostenible del PNUD en Panamá, Jessica Young, destacó que el principal logro del proyecto ha sido el de analizar el rol de los manglares panameños en su contribución al desarrollo sostenible y en la gestión del riesgo de cambio climático, tanto desde perspectivas de adaptación como de mitigación. “El proyecto logró sentar un precedente en Panamá y apuntalar las bases para orientar la acción institucional hacia la efectiva protección de los manglares”, indicó Young al embajador.
El proyecto tuvo un periodo de implementación de 4 años, entre 2014 y 2017, en el que se cosecharon importantes resultados. Entre los logros presentados al embajador, trascendió que el proyecto posibilitó determinar el enorme potencial que tienen los manglares como sumideros de carbono a partir del estudio de 642 muestras de suelo. La investigación desarrollada en el marco del proyecto arrojó que en un área de aproximadamente 14 mil quinientas hectáreas los manglares llegan a absorber más de 4 millones y medio de toneladas de carbono.
Otro de los hitos del proyecto fue el levantamiento de una línea base de biodiversidad en manglares y ecosistemas asociados así como la implementación de Protocolos de Monitoreo en época seca y lluviosa. También fue posible la elaboración de una guía para la restauración de manglares, pionera en Panamá.
Respecto a la valoración de bienes y servicios ambientales que brindan los ecosistemas de manglar, los estudios arrojaron que el flujo económico que generan los manglares se estima en más de 27 millones de dólares al año.
El embajador de Alemania pudo conocer de primera mano el análisis de conectividad de los manglares con otros ecosistemas y el Plan de Acción de Conectividad, que entre sus acciones promovió el establecimiento de cercas vivas, de árboles para forraje o sombra, y acciones de reforestación que inició con el proceso de restauración de áreas degradadas de manglar en la Laguna Las Lajas.
Uwe Wolfgang Heye valoró muy positivamente los resultados del proyecto y destacó que ha sido una inversión muy positiva para mostrar la importancia de la protección de los manglares y para el cuidado del medioambiente. En la misma línea, el representante del PNUD, Harold Robinson, manifestó el compromiso de la organización en seguir apoyando esta iniciativa local "esperando que siga obteniendo los resultados que ha dado hasta ahora".