Mejorando los servicios de salud contra este virus y la tuberculosis

Se estima que hay 48.000 personas que viven con el VIH en el Sudán, pero la enfermedad es poco conocida y la discriminación está muy extendida.
Hanadi Babiker Faki Ali vive con el VIH desde 2012 y, a pesar de la enfermedad, disfruta de su vida al máximo. En el hogar, está felizmente casada y es madre de tres niños sanos. En el trabajo, es la secretaria general de la filial de Kassala de la Asociación Sudanesa de Personas que Viven con el VIH, donde busca garantizar que todas las personas VIH-positivo gocen de las mismas oportunidades que ella tuvo para lograr una vida familiar y laboral plena.
“Cuando era consejera de la Asociación, veía la soledad de las personas que viven con el VIH y cuánto les afectaba no poder casarse”, dice Hanadi. “Por lo que sugerí una nueva idea: facilitar los matrimonios”.
La Asociación, en la cual hemos brindando financiación, suministros y capacitación desde el PNUD por medio del Fondo Mundial, ya estaba organizando eventos sociales con el fin de reunir a las personas VIH-positivo para que se apoyaran mutuamente. Sin embargo, la idea de ponerlas en contacto con fines de matrimonio era un desafío totalmente nuevo, uno que podía transformar muchas vidas, pero que también recibiría resistencia.
Se estima que hay 48.000 personas que viven con el VIH en el Sudán, pero la enfermedad es poco conocida y la discriminación está muy extendida. En la última encuesta que realizó ONUSIDA en el país, el 66 % de las personas dijo que no compraría alimentos a un vendedor con el VIH (una pregunta habitual que se utiliza para medir los niveles de estigma), y es probable que las familias se opongan firmemente a los matrimonios de las personas que son VIH-positivo, debido a la preocupación por los cuidados que requieren las personas que viven con el virus y el riesgo de que tengan hijos y se infecten.

El Fondo Global nos apoya en la adquisición de medicamentos para el VIH en el Sudán y coordinamos su distribución por todo el país, incluso en las zonas más afectadas por el conflicto.
Hanadi tuvo que superar tanto el miedo como las objeciones prácticas. “Una vez que hallamos a dos personas que desean casarse, nos acercamos a las organizaciones y las entidades filantrópicas para obtener apoyo financiero y proponemos formalmente el matrimonio a la familia de la novia”, explica.
“Si la familia está de acuerdo, el matrimonio se celebra como de costumbre. Si la familia se niega, realizamos la ceremonia en la oficina de la Asociación. Las ceremonias de matrimonio tienen lugar en un ambiente de celebración pública y, para mí, esos momentos de celebración son logros profundos y la realización de una felicidad que alguna vez parecía imposible”.
Cuando era consejera de la Asociación, veía la soledad de las personas que viven con el VIH y cuánto les afectaba no poder casarse- Hanadi Babiker Faki Ali
“Pese a las dificultades que ha ocasionado la guerra, he supervisado muchos matrimonios en Kassala entre personas de distintos estados del Sudán: más de 50 desde que comencé en 2015. Estas parejas han tenido hijos sanos, e incluso tres familias han nombrado a sus hijas ‘Hanadi’ a modo de agradecimiento”.
Después del matrimonio, la Asociación ofrece apoyo psicológico y controles médicos, incluidas evaluaciones de la carga viral y pruebas de detección del VIH para niños a los 6 y 18 meses de edad. También ayuda a las parejas a continuar los tratamientos antirretrovirales, lo cual es fundamental para prevenir la transmisión maternoinfantil, pero se ha vuelto mucho más difícil desde la guerra.
Según una de nuestras evaluaciones, el número de centros que ofrecen servicios contra el VIH se ha reducido un 84 % desde el estallido de la violencia, y muchos pacientes se han visto obligados a abandonar sus hogares, por lo que han perdido el contacto con los médicos y las clínicas de su confianza, así como el acceso a los medicamentos.
El Fondo Global nos apoya en la adquisición de medicamentos para el VIH en Sudán y coordinamos su distribución por todo el país, incluso en las zonas más afectadas por el conflicto (disponible en inglés), al tiempo que la Asociación ayuda a hacer un seguimiento de los pacientes y hacer llegar los medicamentos hasta el último kilómetro, recurriendo a una red de voluntarios que utilizan el transporte público para atravesar zonas en conflicto y entregar drogas, y que, en algunos casos, guardan medicamentos en sus hogares para evitar que sean saqueados de las clínicas.
Si bien puede ser un trabajo peligroso —y nunca es fácil—, Hanadi y su equipo están decididos a mantener los servicios, inspirados por un sentido de propósito y por la diferencia que pueden hacer en la vida de las personas que los rodean.
Cuando una de sus amigas, de 20 años de edad, contrajo el VIH y fue rechazada por su familia y su comunidad, Hanadi la puso en contacto con un ingeniero de un estado vecino y que también es VIH-positivo. Se casaron y, cuando ella quedó embarazada, Hanadi la ayudó a mantener el tratamiento preventivo durante 18 meses.
Luego se realizó la prueba para determinar si la niña era VIH-positivo.
“El día de la prueba estuvo marcado por mucha ansiedad”, recuerda Hanadi. “La madre estaba muy asustada, por lo que sostuve a la niña mientras esperábamos los resultados. Cuando el médico nos dijo que estaba sana, fue un momento de alegría indescriptible. La madre lloraba, el padre rezaba agradecido y todas las personas a su alrededor los felicitaban”.
Actualmente, todavía están juntos, y su hija tiene dos años.
En el PNUD, nuestra labor de prevenir y tratar el VIH es posible gracias a una subvención del Fondo Mundial, que también abarca los esfuerzos para afrontar la tuberculosis, otra enfermedad que ha empeorado debido a la guerra, la cual ha diezmado los servicios sanitarios estatales y ha obligado a casi 12 millones de personas a abandonar sus hogares y, en muchos casos, a vivir en condiciones insalubres y de hacinamiento donde la tuberculosis tiene más probabilidades de propagarse.
Si bien la tuberculosis puede prevenirse y tratarse, aún causa más de 1,5 millones de muertes (disponible en inglés) a nivel mundial, lo que la convierte en la mayor enfermedad infecciosa del mundo, y una que está estrechamente relacionada con la pobreza y los conflictos. En el Sudán, 26.000 personas son diagnosticadas cada año.
En el PNUD colaboramos con las autoridades nacionales para mejorar tanto las pruebas de detección como el tratamiento de la tuberculosis. Esto implica acercar los servicios a las zonas donde han quedado interrumpidos debido a la guerra o donde están desbordados por la llegada de personas que escapan de la violencia. Además de proporcionar unidades móviles de rayos X que llegan a los lugares más afectados, capacitamos al personal sanitario sobre cómo utilizarlos, lo que permite diagnósticos más rápidos y tratamientos más eficaces.
También trabajamos con las autoridades nacionales para reforzar los sistemas sanitarios en un sentido más general. Esto entraña aportar suministros médicos —por un valor de alrededor de USD 3,5 millones desde 2023— y mejorar el almacenamiento y la logística para hacer llegar esos suministros a donde más se necesitan.
Importamos equipos esenciales, desde incineradores de desechos médicos que hacen que las comunidades sean más saludables hasta máquinas de oxígeno que amplían la gama de tratamientos posibles, y capacitamos al personal sanitario de primera línea y los equipos de apoyo.
En colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), gestionamos unidades médicas móviles totalmente equipadas en cuatro estados para acercar servicios de laboratorio y atención primaria a las comunidades donde estos no suelen estar disponibles, e incluso poder ofrecer una sala de parto itinerante a fin de ayudar a reducir las tasas de mortalidad materna, las cuales siguen siendo elevadas debido a la falta de parteros cualificados y atención de emergencia.
Para conocer más sobre la labor que realizamos con el Fondo Mundial a fin de mejorar el acceso a la atención médica y otros servicios esenciales, visita esta web (disponible en inglés).