Una panadería y mejores prácticas agrícolas que contribuyen con el cuidado ambiental
1 de Marzo de 2024
En la comunidad del Aguacatal, en el pintoresco municipio de Ojojona, en Francisco Morazán, zona que fue afectada por el gorgojo descortezador, una de las plagas más destructora para los pinares, vive un grupo de mujeres que se reúnen periódicamente para elaborar pan que luego venden en sus comunidades. Esto les permite generar medios de vida dignos, como un apoyo para sus hogares, y, además, han aprendido a cuidar y elegir la madera adecuada para hornear sus productos, sin tener que destruir los bosques.
En la pequeña panadería, las mujeres han aprendido a transformar la harina en deliciosas semitas, bollitos, galletas y otras delicias. También, las mujeres han aprendido sobre la importancia de la organización comunitaria -como agente generador de cambios positivos en su entorno- conocimientos básicos de administración, que ponen en práctica en su panadería, y a seguir cuidando los bosques.
“[Esta iniciativa de la panadería] nos ha ayudado mucho en esta comunidad ya que este es un lugar donde no hay empleo ni para hombres, ni para las mujeres. Los hombres trabajan en la agricultura y con eso se ayudan; pero uno, de mujer, no tiene opciones donde uno pueda ayudar económicamente a su familia. [Un día vino personal de la Secretaría] y dijeron que iban a formar grupos para emprender un negocio. Había varias opciones, pero nosotros escogimos panadería ya que mi suegra sabía de esto, y ofreció ayudarnos” relató Evelyn Cerrato Gonzáles, líder comunitaria e integrante de la panadería.
Estas actividades de apoyo para el desarrollo de emprendimientos son iniciativas lideradas por la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA) con el financiamiento del Fondo de Adaptación y apoyado por el PNUD, dentro del proyecto ADAPTARC+. Este proyecto se diseñó con el propósito principal de incrementar la resiliencia climática de comunidades vulnerables y la capacidad de adaptación con énfasis a asegurar medios de vida y prestación de bienes y servicios ecosistémicos para el municipio del Distrito Central y municipios aledaños, área conocida como el Corredor Boscoso Central (CBC).
Principalmente el proyecto se enfoca en promover la gobernanza local y comunitaria, gestión del conocimiento y medidas de tecnologías de adaptación bajo escenarios de cambio climático. El proyecto cuenta como socio: al Instituto de Conservación Forestal (ICF), la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y el Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA) y las 14 municipalidades del CBC; teniendo como aliados estratégicos a la Secretaría de Gobernación, Justicia y Descentralización, Asociación de Municipios de Honduras, Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados, la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, y Fundación Vida.
Soluciones sencillas para el cuidado de bosques
Como parte de las acciones de este proyecto, también se proporcionó los recursos y la capacitación para la construcción y manejo de hornos ecológicos, un implemento esencial para el funcionamiento de la panadería, y un medio, que, usado efectivamente, puede contribuir a la reducción de emisiones de dióxido de carbono.
Las mujeres han aprendido que estos hornos les permiten usar menos madera, gastando menos y demandando menos producto maderable. Asimismo, el sistema de horno ecológico emite menos humo, que impacta en el cuidado de su salud, especialmente a favor del sistema respiratorio y de la vista, y favorece en producir mejores panes, ya que ofrecen una cocción más uniforme.
Además del cambio a nivel de conocer cómo cuidar su entorno y generar ingresos, las mujeres de dicha comunidad han logrado ser parte activa en el rol de sus vidas.
"Antes dependíamos del hombre. Si no traía sustento a la casa entonces nosotros no podíamos hacer nada. Esta iniciativa es muy importante para nosotras porque ya podemos hacer un aporte a la familia, y [que] como mujeres somos independientes; si tenemos necesidad de algo, sabemos de dónde sacar. Otra cosa, antes solo pasábamos trabajando en el aseo de la casa, ahora tenemos otra responsabilidad."
Evelyn Cerrato Gonzáles | Líder comunitaria e integrante de la panadería
Adicionalmente, las prácticas de la agricultura responsables con el ambiente también son promovidas por el proyecto ADAPTARC+, en el Aguacatal se producen tomates, chile dulce, repollo y otras hortalizas con prácticas que ayudan a reducir el consumo del agua y el uso de productos químicos.
Rolando Flores, agricultor que es parte de las iniciativas del proyecto, nos explicó que varios campesinos de la zona se organizaron y ahora siembran en conjunto; y esto les ha facilitado recibir asistencia técnica como: la preparación los suelos, la producción de fertilizante y pesticidas orgánicos, y metodologías de cultivo eficientes.
"Estos productos orgánicos nos ayudan bastante, más ahora, como están de caro los químicos. En esta parcela que tenemos acá, por ejemplo, tiene un 70 por ciento de productos orgánicos y un 30 por ciento de productos químicos. Esto es mucho más saludable también para las personas y la tierra."
Rolando Flores | Agricultor