Yimis Severiche, de Colombia, es ahora propietaria de la tierra en la que construyó su vida y sustento
“Mi tierra”, la lucha de una mujer rural
14 de Noviembre de 2022
Al son de un vallenato, Yimis Severiche Montes sostiene en sus manos el título de la Agencia Nacional de Tierras que la certifica como propietaria del predio en el que construyó su vida. Su sonrisa es inevitable cuando habla de este logro, pues a sus 56 años confiesa haber pensado que no iba a vivir este momento.
Ella es una mujer de carácter fuerte y risa contagiosa, lideresa, madre de cuatro hijos, y campesina del corregimiento de Sincelejito en el municipio de El Guamo, en el departamento de Bolívar (Colombia). Sus labores como lideresa empezaron hace muchos años, siempre abogando por una mejora sustancial de las condiciones de vida de las mujeres rurales de su municipio. Con los años, consolidó su trabajo y se convirtió en un referente de empoderamiento femenino y perseverancia en la costa caribeña de colombiana.
Su carácter luchador lo forjó durante los dolorosos años del conflicto armado, el cual golpeó con fuerza en esta región. A pesar de las diferentes presiones que tuvo que soportar por parte de los grupos armados, Yimis nunca quiso dejar su tierra. Junto a sus vecinos e hijos, decidieron repartirse informalmente las pocas hectáreas de tierra que habitaban para que cada uno tuviera un lugar donde sembrar una vida mejor.
Aunque este mecanismo les funcionó durante años y les permitió ser fuente autosostenible de alimentos, Yimis sabía que las improvisadas cartografías mentales que utilizaban para delimitar sus tierras no eran suficientes para generar un desarrollo real para su familia y su comunidad. Es por esta razón que, con la llegada al municipio de la fase de formulación de los Planes de Ordenamiento Social de la Propiedad Rural (POSPR) de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) y con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Yimis y otras mujeres fueron las primeras en participar en los espacios pedagógicos que potenciaban capacidades de liderazgo y brindaban conocimientos en política pública, y uso y tenencia de la tierra.
“Los POSPR deben ser una garantía para el campesinado y para nosotras las mujeres, porque nosotras también necesitamos nuestros predios, tener vivienda propia y digna, que haya un documento que diga eso, porque no lo tenemos en este momento”, enfatizó Yimis en el 2019.
Esta era la expectativa de una mujer trabajadora que al final logró cumplir su sueño de contar con un título de propiedad que hoy la acredita formalmente como dueña de su tierra. Gracias a la priorización de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), los POSPR y al arduo trabajo de lideresas sociales, se abre un camino lleno de oportunidades para la mujer rural, ya que estas podrán no solo ser propietarias de tierras sino también tener un mayor acceso a créditos que permitan la financiación de sus proyectos productivos y la realización de sus sueños.
Para Yimis, este es un factor fundamental, ya que la equidad e igualdad entre hombres y mujeres permite una vida digna y una paz duradera.
“Quiero contribuir al reconocimiento de las mujeres campesinas y su consolidación como agentes políticas y constructoras de paz en el territorio. Creo firmemente que todas tenemos las capacidades para participar en la toma de decisiones a nivel regional y nacional”, afirma Yimis con la sonrisa que la caracteriza.